Organizar el frigorífico os puede ayudar, no sólo a cuidar la salud y conservar correctamente los alimentos, sino que también os ayudará a ahorrar dinero.
Hábitos que ayudan a optimizar la conservación de los alimentos en mi refrigerador:
- Una vez al mes es bueno que le des un repaso para mantenerlo siempre limpio, es fundamental para una correcta higiene de los alimentos.
- Es importante que la nevera conserve bien y mantenga la temperatura ideal, para ello no llenes demasiado la nevera y abre la puerta sólo cuando sea necesario y durante el menor tiempo posible.
- Para guardar los alimentos debes utilizar recipientes herméticos ya indicados para ello. No uses latas de conserva para guardar los alimentos y nunca metas alimentos calientes.
- Coloca los alimentos evitando que toquen la pared del fondo y sepáralos bien unos de otros para que el aire circule correctamente.
- Hay alimentos que son mucho más perecederos que otros. Para poder garantizar al máximo su conservación es importante que sepas cómo colocarlos en la nevera.
Carnes y pescados: Deberás colocarlos en la zona más fría de la nevera (la que queda justo encima del cajón de las verduras). Procura guardar estos alimentos en recipientes herméticos para evitar que puedan gotear su jugo a otros alimentos y que se mezclen olores no deseados.
Lácteos y embutidos: Deben colocarse en la parte central del frigorífico porque no necesitan tanto frío.
Sobras, pasteles, alimentos ya cocinados o precocinados, así como todos aquellos productos en los que en la etiqueta ponga “una vez abierto consérvese en frío” se colocarán también en los estantes de en medio.
Frutas y verduras: Deben ir en los cajones, ya que, a diferencia de alimentos como la carne y pescado, las bajas temperaturas pueden deteriorarlas.
En las zonas habilitadas en la puerta se colocan los productos que no precisan temperaturas demasiado bajas, como los huevos, las bebidas, salsas ( mostaza, salsa de tomate,…), mantequilla, mermeladas,… (Fuente: www.naradiet.es)