domingo, 13 de noviembre de 2016

Organizar Joyas y Complementos

Vamos a hablarte de un nido de caos que es frecuente que se te vaya de las manos. Las joyas y complementos.

Guantes, bufandas, fulares, anillos…. Son, además, cosas muy regalables, por lo que es frecuente que, cada año, nos juntemos con unas cuantas. No obstante,  al final tiras por lo seguro y acabas utilizando los tres o cuatro complementos que realmente te gustan, esos que sabes que te sientan bien y te dan seguridad.

Vamos a ver como gestionar todo esto y como organizarlo.

Organizar las Joyas: aquí el sin piedad es fundamental. Probablemente, esto sea una de las cosas más difíciles de todo lo que vas a organizar. Esto es porque aquí se mezcla el afecto con el valor económico a partes iguales.

Seguramente tienes esas cadenitas y charms de plata, que seguramente no han sido baratos. Aún así, sabes que si los vendes, apenas te darán algo por ello. También tienes esas joyas que, aunque ya no te pones, tienen cierto valor sentimental. Tal vez una pulsera heredada de alguien querido o el colgante que te regaló el primer novio.

Ahí no te podemos ayudar, tendrás que sentarte y pensar con calma si esas pequeñas cosas te hacen feliz, te dan igual o incluso te molestan. Por ejemplo, puedes llevarlas a tiendas de “compro oro” para valorar lo que tienes. Se vende lo que vale la pena y, lo demás, se puede donar para un mercadillo solidario, por ejemplo.

Cuando hayas conseguido quedarte sólo con lo que realmente quieres, será el momento de organizarlo.

Nuestro consejo es que coloques las joyas en cajas de metacrilato transparente con separadores, para que puedas verlas con facilidad, y que las pongas en el lugar donde te arreglas. Si las tienes a mano y a la vista las utilizarás más y variarás más de complementos.

Organizar Guantes y Gorros: para empezar, ya sabes lo que toca. Revisa y quédate con lo que realmente quieres. ¿Necesitas seis gorros de lana? ¿Cuatro pares de guantes? Con dos pares de cada, por si ocurre algo, debería ser suficiente ¿no? Venga, si al final siempre te pones lo mismo. Sin piedad.

Ahora que tienes poca cosa, mi recomendación es que lo pongas cerca de los abrigos durante el invierno. Tal vez en una caja cercana o colgados en la misma percha cuando los estés usando a diario.

Por supuesto, cuando se pase la temporada, habría que guardarlos con la ropa de invierno.

Organizar Pañuelos o Bufandas: en nuestro caso, hemos decidido quedarnos sólo con cuatro pañuelos o bufandas, y ponerlos en el armario de los abrigos.

Si tienes más de cuatro después de hacer un serio sin piedad, nuestra recomendación es que los dobles en vertical en alguna caja o cajón.  (Fuente: www.ordenylimpiezaencasa.com)

domingo, 6 de noviembre de 2016

Di no al caos

Algunos desastres que desorganizan tu armario. Te decimos cómo evitar el caos.

Planificación, planificación y planificación
Colócate delante del armario y analiza tu ropa. ¿Eres de colgar las prendas o doblarlas? ¿Tienes vestidos o prendas largas? ¿Te gustan los complementos? Después de responder a estas preguntas haz un esquema de tu armario ideal sobre el papel (o, mejor, con alguna aplicación informática de las que muchas firmas ponen a disposición de los usuarios de forma online) en el que se contemple cada necesidad.
No te pelees con tu pareja por el espacio a ocupar. Asegúrate de planificar el armario de forma que cada uno tenga su espacio personal e inviolable. No tiene por qué ser exactamente igual para cada miembro pero sí adaptado al tipo y cantidad de ropa de cada uno.

En su justa medida
Para abrigos y vestidos conviene dejar una altura de entre 140 y 170 cm; para americanas y chaquetas, entre 100 y 130 cm; para camisas y blusas, entre 90 y 120 cm; y, para pantalones, faldas y prendas cortas, entre 60 y 90 cm. En cuanto al ancho del hueco, dependerá de la cantidad de prendas, aunque el indicador más claro de si lo estamos haciendo bien es que las prendas no salgan arrugadas del armario por estar apretadas unas con otras.

Cuestión de prioridades
Cuanto más grande es el armario, más prendas acumulamos en su interior. Y, a menudo, sin lógica alguna. Tómate un tiempo para clasificar las prendas de la forma que más se ajuste a tu estilo de vida (ropa de trabajo, informal, para salir, de casa...). Destina el espacio central del armario a la que más uses y los extremos y rincones de más difícil acceso a aquellas reservadas para grandes ocasiones. Ganarás tiempo y tranquilidad, y evitarás descubrir prendas 'perdidas' al final de temporada.
Da igual que tengamos suficientes armarios en casa. La ropa de otras temporadas mezclada con la de uso actual no hace más que entorpecernos cuando buscamos qué ponernos y da sensación de caos en el armario. Lo mejor es guardarla en cajas o bolsas especiales para ello, ya sea en el altillo del armario –la zona de más difícil acceso–, en un trastero o incluso en algún armario auxiliar destinado especialmente para ello.

Bien compartimentados
Quizás es el momento de sustituir esas baldas fijas en las que se amontonan pilas inestables de camisetas –de esas en las que, al sacar una, descolocas cuatro más– por unas bandejas extraíbles que te permitan un más fácil acceso.
Algo similar sucede con los cajones: los de más capacidad son útiles para jerseys y prendas voluminosas pero pueden acabar siendo un pozo sin fondo en el que perder las más pequeñas y no volver a verlas hasta el final de la estación.

Hágase la luz
Buscar a tientas una prenda nos complica innecesariamente la vida y es algo que puede solucionarse mediante la instalación de un simple foco o tira de leds.

 (Fuente: elmueble.com)