En cierta forma, a todas las personas, independientemente de nuestro umbral de tolerancia al estrés, nos alteran las mudanzas. Esa ansiedad de no saber por qué habitación o estantería empezar. Y, por supuesto, esas duras decisiones acerca de lo que tirar a la basura, regalar o llevar a la nueva casa. Una buena idea es ir empaquetando poco a poco las pertenencias y hacerlo habitación por habitación. De esta forma, veremos cómo la tarea va evolucionando y nos estresaremos menos. Si hacemos un poco de la cocina, después un poco del salón y, por el camino, empaquetamos unas cuantas cosas del baño, nos costará más mantener cierta organización.
Reúne con antelación todo lo que necesitarás:
Bolsas de basura: Consigue de las del tipo extra resistente para lo que vayas a tirar o para guardar cosas.
Cajas de cartón: Trata de empaquetar todo lo que puedas en cajas. No las escojas muy grandes, porque se volverán demasiado pesadas una vez que estén llenas.
Papel periódico: Envuelve con suficiente periódico tu vajilla, la cristalería y otras cosas delicadas. Luego, coloca todo en cajas.
Cinta adhesiva: compra suficiente cinta, y si puedes, compra también un dispensador.
Tijeras y marcadores gruesos: Puedes comprar marcadores de varios colores, e identificar cada habitación con un color diferente y las cajas/bolsas que van en cada una. O puedes comprar de un solo color, y rotularlas “cocina”, “oficina”, “baño principal”, etc.
No dejes las cosas para el último momento, cógelo con tiempo. Primero empaqueta las cosas que no necesitas en el día a día, y por último, las que utilizas a diario.
Y no te olvides nunca, aunque a veces cueste, de que las mudanzas siempre serán un momento perfecto para desechar los trastos viejos. Si te resulta complicado jubilar algún mueble o accesorio de decoración, imagínate el momento de ordenar tus cosas en tu nueva casa. ¿No será un momento más agradable y llevadero si tenemos por delante menos cosas que colocar?.
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